Las deplorables condiciones en que vivían los culíes provocó que muchos de ellos murieran por las agotadoras faenas que realizaban. Sin embargo, quienes sobrevivieron se establecieron con pequeños negocios de comida y se mezclaron con la población local, donde se originó la comida chifa, fusión entre la comida china y la criolla.
Es en estos negocios donde nació el arroz chaufa, palabra proveniente de “chaufan” que en chino significa “arroz frito”. Se dice que al final de la jornada laboral, los cocineros chinos juntaban el arroz que había sobrado con otros restos de comida del día, en una mezcolanza que más tarde sería llamada “arroz chaufa”.
Este plato consiste en arroz blanco cocido, que luego se fríe en un wok a fuego alto junto a otros ingredientes como trocitos de tortilla de huevo, cebollín, ajo, jengibre, salsa de soya, y carne picada de pollo, cerdo o vacuno.
Una de las mejores características de esta receta, es que se puede jugar con sus ingredientes agregando otras verduras como dientes de dragón, pimentón, o cebolla, además de poder utilizarla tanto como plato de fondo, como de acompañamiento.
Con el tiempo, el arroz chaufa se transformó en uno de los platos más populares de la cocina chifa y también de Perú, por su versatilidad, su exquisito sabor oriental y por la remota casualidad de haberse creado en tierras tan lejanas de su procedencia.
Si quieres hacer esta preparación, debes tener en cuenta un dato importante. Para lograr el sabor característico de la tradición chifa, el arroz chaufa debe ser cocinado el día anterior sin aliños ni sal.
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